Marcelo Forni

El menos común de los sentidos

Napoleón decía con convicción que “para triunfar es necesario, más que nada, tener sentido común”. Parece ser algo...

Por: Marcelo Forni | Publicado: Viernes 19 de agosto de 2011 a las 05:00 hrs.
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Napoleón decía con convicción que “para triunfar es necesario, más que nada, tener sentido común”. Parece ser algo obvio y puede ser difícil encontrar a alguien que reconozca comportarse de una manera distinta a aquella que sugiere el “sentido común”. Pese a ello, nos damos cuenta que tienen razón quienes sostienen que “es el menos común de los sentidos”.



Los hechos de los cuales venimos siendo testigos desde hace algunos meses y se originan en una llamada “crisis de la educación”, nos deben hacer reflexionar sobre el arraigo de esta verdadera guía de comportamiento. Es la falta de sentido común la que hace que ya nadie entienda nada de lo que pasa y sea muy difícil anticipar cómo esto pueda terminar. No se sabe con certeza qué es lo que racionalmente piden los dirigentes estudiantiles que lideran estas movilizaciones, más allá del insufrible slogan de “educación gratuita” o “fin al lucro”. Tampoco es posible visualizar con claridad el modelo de educación que está detrás de las distintas propuestas, confusión a la que contribuyen las infaltables opiniones demagógicas.

Algunos ven en estas movilizaciones la expresión ciudadana de una juventud que recupera su capacidad de defender con pasión sus ideales. Otros, las ven como manifestaciones promovidas desde sectores políticos extra sistema que provocan un clima de violencia y desorden, coartan libertades y se radicalizan al punto de llegar a justificar la presencia en las calles de los militares. Lo único claro es que el panorama, lejos de aclararse, se vuelve mas confuso. El Consejo de Rectores va y vuelve. La Intendencia autoriza y desautoriza marchas con un criterio bastante temperamental. Los universitarios deciden que el Parlamento, institución en la que deberían estar representadas todas las visiones de país, no es el lugar apropiado para discutir estos temas y llaman a plebiscito. Paradójicamente un grupo de parlamentarios se suma a esta iniciativa, reconociendo con ello la crisis de legitimidad que los afecta y renunciando a la tareas que le son propias. Los secundarios se descuelgan y dan una señal favorable a la mediación. Los cónclaves van y vienen en La Moneda, los gremios, los partidos y las universidades.

Mientras tanto, entre paros, tomas y manifestaciones ya sumamos millones de dólares en pérdidas, bienes públicos y privados destruidos, año escolar perdido y lo que es peor, víctimas fatales. En todo lo que a diario vemos ¿dónde está el sentido común?. ¿Es de sentido común plantear a esta altura que pueda cumplirse simultáneamente con la exigencia de una educación gratuita y de calidad? ¿Es de sentido común que quienes dicen luchar por la calidad de la educación sean los menos preocupados de perder el año académico? ¿Es de sentido común que quienes son detenidos y están confesos por actos tan graves como la quema de un auto, a las pocas horas sean dejados en libertad y puedan participar de nuevas manifestaciones?
Quizás la solución inmediata de este conflicto no pase por anunciar más recursos, terminar con el lucro o convocar a plebiscito. Probablemente para empezar a conversar sea necesario que los protagonistas recuperen el sentido común.

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